Climaterio, menopausia y su relación con la vitamina D

Climaterio, menopausia y su relación con la vitamina D
Climaterio, menopausia y su relación con la vitamina D

Diferencia entre climaterio y menopausia

El climaterio se refiere al periodo en el cual transcurren los últimos años de vida fértil, casi siempre a finales de los 40 y principios de los 50 años de edad, comienza con irregularidades en los ciclos menstruales, y se extiende hasta un año después de que ya no hay menstruación, a esa interrupción la llamamos menopausia, en otras palabras, el final de los ciclos menstruales. En promedio, las mujeres tienen su última menstruación a los 51.5 años, pero ésta se puede interrumpir por insuficiencia ovárica (menos producción de estrógenos y progesterona que regulan la menstruación) a cualquier edad.1,2,3

Síntomas y quejas más frecuentes del climaterio y menopausia

Las mujeres que cursan con menopausia, refieren los siguientes síntomas o molestias como los más frecuentes:1

  • Bochornos, sudoración nocturna. Manifestados como una sensación espontánea de calor en el pecho o en la cara. Ocurre en el 85% de las mujeres diariamente.
  • Trastornos del sueño (insomnio con quejas de despertares nocturnos o despertarse muy temprano))
  • Sequedad vaginal, dolor al tener relaciones sexuales, pequeños sangrados después de una relación sexual, dolor al orinar, urgencia para orinar o incontinencia urinaria. Ocurren en un 25% de las mujeres.
  • Cambios en el estado de ánimo (depresión o ansiedad). Cerca de 10% de las mujeres que se encuentran en esta etapa los presentan.

Otros síntomas que pueden aparecer son: disminución de la capacidad cognitiva, dolor de articulaciones, dolor muscular, cambios en la composición corporal y aumento de arrugas en la piel.1

¿Cómo favorece el estado de la vitamina D en la mujer climatérica?

La vitamina D (VD) puede ser ingerida vía oral a través de la alimentación o suplementos, otra manera es mediante la producción de ésta de manera fotoquímica en la piel, por medio de los rayos UVB (exposición solar).4

A partir de los 50 años, la capacidad de la piel para producir VD representa apenas la mitad de la capacidad en la edad fértil y a partir de los 70 años solo el 25%. Cubrir la recomendación a través de la alimentación aislada sería difícil de conseguir ya que esta vitamina se encuentra en pocos alimentos y en cantidades relativamente pequeñas.5

Sus efectos en el calcio y el metabolismo de los huesos es bien conocido, pero su deficiencia está asociada con problemas cardiovasculares, diabetes, cáncer y aumento de muertes.  Existen datos clínicos que sugieren que la VD puede afectar el estado de ánimo y la función cerebral.3

Algunos estudios reportan una relación entre la VD y los estrógenos, los cuales disminuyen en esta etapa y pueden ocasionar un intercambio óseo acelerado (proceso de renovación del tejido deteriorado), disminución en la densidad de los huesos, riesgo elevado de fracturas; al igual que los cambios corporales, que pueden ser una disminución de la masa muscular y aumento de la grasa corporal. Por lo anterior, parece que la deficiencia de VD puede agravar los síntomas y/o las enfermedades que ocurren durante la menopausia.3,6

La VD es efectiva para mejorar el porcentaje de estrógenos y progesterona en el tejido vaginal, disminuir el pH vaginal (para prevenir infecciones) y la dispareunia (dolor al tener relaciones sexuales) en las mujeres menopáusicas.7

Dosis recomendada para suplementación

Se ha visto que con un nivel sérico de 25(OH)D por arriba de 30 ng/ml, los síntomas de la menopausia son menos severos, como la disfunción sexual, resequedad vaginal, dolor crónico, algunas enfermedades crónicas y puede mejorar la duración del sueño. Esto se puede lograr con una suplementación de 4,000 UI al día de colecalciferol, ya que las dosis menores pueden ser insuficientes para alcanzar una cifra óptima de VD en la sangre.8,9

Referencias:

  1. Elsevier Point of Care. Clinical Overview. Perimenopause and menopause. Jul 2019.
  2. Taylor H, Pal L, Seli E. Speroff’s Clinical Gynecologic Endocrinology and Infertility. 9a edición. EUA: Wolters Kluwer; 2020.
  3. Lerchbaum E. Vitamin D and menopause – A narrative review. Maturitas. 2014;79:3-7.
  4. Resnick R, Lockwood C, Moore T, Greene M, Copel J. Creasy and Resnik’s Maternal – Fetal Medicine: Principles and practice. 7ª edición. EUA: Elsevier; 2019. p. 126-137.
  5. Pérez-López F, Cano A, Calaf J, y cols. Factores reguladores del recambio óseo: estrógenos y vitamina D. Prog Obstet Ginecol. 2009; 52(2):99-108.
  6. Askin M, Koc EM, Soyoz M, y cols. Relationship between postmenopausal vitamin D level, menopausal symptoms and sexual functions. J Coll Physicians Surg Pak 2019; 29(9):823-7.
  7. Tadayon M, Rad P, Mohamadreza A, y cols. The effect of vitamin D suppository on atrophic vaginal mucosa in menopausal women. Maturitas. 2015; 81:144-190.
  8. Hansen K, Johnson M. An Update on Vitamin D for Clinicians. Curr Opin Endocrinol Diabetes Obes. 2016 December; 23(6):440-444.
  9. Minisola S, Cianferotti L, Biondi P, et al. Correction of vitamin D status by calcidiol: pharmocokinetic profile, safety, and biochemical effects on bone and mineral metabolism of daily and weekly dosage regimens. Osteoporos Int. 2017;28:3239-3249.