En los años recientes, las pruebas para determinar el estado de la vitamina D en el organismo, así como el uso de los suplementos de esta vitamina se han incrementado de manera sustancial.1 Este hecho puede ser el resultado de diversas investigaciones que han documentado a la deficiencia de VD como una condición muy común en el ámbito mundial y otras investigaciones han resaltado una fuerte asociación entre la hipovitaminosis D y las enfermedades crónicas (obesidad, diabetes, cáncer, enfermedad renal y hepática) y agudas (infecciones respiratorias).1
¿Qué forma de vitamina D utilizar para alcanzar una cifra óptima de VD en el organismo?
Existen diferentes presentaciones de vitamina D en el mercado, entre las más comunes se encuentran el colecalciferol, el ergocalciferol, el calcidiol y análogos de calcitriol. Ante tal diversidad ¿cuál es la mejor opción? Debemos considerar que el colecalciferol es la forma de vitamina D que se encuentra en los alimentos de origen animal (a diferencia del ergocalciferol que proviene de fuentes vegetales) y tiene 83% mayor eficacia en aumentar y mantener la concentración de 25(OH)D3 en la sangre, además de que produce depósitos corporales dos a tres veces más elevados que los obtenidos por el ergocalciferol.2 El calctriol representa la forma activa de la VD y esta más indicado en condiciones más particulares como la baja concentración de calcio en la sangre en pacientes con enfermedad renal con diálisis y para el manejo de psoriasis.1 Cabe señalar que esta forma de VD se administra de forma intravenosa, por lo que reduce su practicidad y también requiere un monitoreo más cercano de al menos calcio, fósforo y hormona paratiroidea en la sangre, además de que pueden presentarse eventos adversos en mayor proporción comparado con el colecalciferol.1 Por lo anterior, diversas estudios sobre el tratamiento de la deficiencia de VD señalan al colecalciferol como una opción adecuada y segura para restablecer los valores óptimo de VD en el organismo.3,4
¿Suplementación diaria o mensual?
Por algún tiempo fue común la administración de “bolos” o grandes de dosis de vitamina D ya que era considerada más práctica.1 Sin embargo, con excepción de los pacientes que se encuentran en la unidad de cuidados intensivos de los hospitales, esta forma de administración ya no se recomienda debido al mayor riesgo de eventos adversos (caídas y fracturas).1 De hecho, en 2017 un análisis de varias investigaciones demostró un claro beneficio de la vitamina D sobre las infecciones respiratorias agudas con la administración diaria o semanal de VD, pero no en intervalos más largos. Esta situación podría explicarse por la estabilidad en la concentración de los metabolitos ocasionada solo por las primeras dos opciones.5 Este punto también podría explicar la falta de resultados positivos con la suplementación de VD.
¿Qué factores afectan la respuesta de la suplementación con VD?
Cada persona responde de diferente forma la suplementación con vitamina D ya que los factores ambientales y del individuo podrían explicar hasta 35% de la variación en la concentración de 25(OH)D en la sangre. Entre los principales factores que alteran la respuesta a la suplementación se pueden mencionar: a) concentración inicial de 25(OH)D; b) peso corporal; c) tipo de suplemento (colecalciferol vs. ergocalciferol); d) edad del individuo; e) consumo de calcio; e) uso de estrógenos f) contenido de grasa en la dieta; g) presencia de enfermedades y consumo de medicamentos; h) temporada del año; y i) estrategia de tratamiento (tipo, dosis y frecuencia).6
¿Por cuánto tiempo se sugiere la suplementación con VD?
Diversas guías sobre el tratamiento de la deficiencia de VD recomiendan la suplementación con VD durante 8-12 semanas, aunque otros estudios de intervención señalan la administración de VD por seis meses para alcanzar una concentración de 25(OH)D de al menos 30 ng/mL.7,8 Por lo tanto, parece razonable mantener la suplementación como mínimo por dos meses y cuando se alcance la cifra meta de 25(OH)D deberá seguir una terapia de mantenimiento para prevenir la caída de los nuevos valores alcanzados. En esta estrategia las guías de tratamiento no definen un período de tiempo, pero con el conocimiento actual sobre los distintos factores de riesgo para la deficiencia de VD parecería razonable la suplementación a largo plazo con VD para mantener un estado óptimo y con ello gozar de los beneficios que ofrece este micronutrimento.
En relación con la dosis diversos estudios han demostrado la seguridad y la eficacia de la administración de 4 000 unidades internacionales al día para incrementar la concentración de 25(OH)D hasta los valores óptimos (40-60 ng/mL) en adultos,9 mujeres embarazadas10 y adultos mayores.11
Referencias
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- Martineau AR, Jolliffe DA, Hooper RL, Greenberg L, Aloia JF,Bergman P, et al. Vitamin D supplementation to prevent acuterespiratory tract infections: systematic review and meta-analysisof individual participant data. BMJ. 2017;356:i6583.
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- Wagner CL, Hollis BW. The implications of vitamin D status during pregnancy on mother and her developing child. Front Endocrinol. 2018;9:500.
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