¿Cómo? ¡!!
¿A poco?
Pues sí. Ya existe bastante evidencia científica que demuestra que la obesidad y la vitamina D, bueno, su déficit, están muy estrechamente relacionadas, lo que no está muy claro es si la falta de vitamina D contribuye al sobrepeso o, si la falta de vitamina D es consecuencia de la obesidad.
Aquí hemos recopilado varias afirmaciones:
1. El sobrepeso y la obesidad son estados proinflamatorios, esto condiciona la intervención de la vitamina D en estos estados patológicos, es decir, la vitamina D forma parte de nuestro sistema de defensas y actúa contra la inflamación.
2. Una falta de vitamina D afecta los estímulos nerviosos del apetito y la saciedad, por lo tanto, el apetito aumenta junto con la tendencia a almacenar grasa.
3. La vitamina D se disuelve en la grasa, en personas con sobrepeso u obesas, la vitamina D queda dentro de los depósitos de grasa y está muy poco disponible en la economía de todo el organismo
Ya sabemos que la falta de vitamina D es tan común que en la actualidad se considera un problema de salud pública que puede afectar a todos, pero se inserta más en los grupos más vulnerables como los niños y la gente mayor.
El sobrepeso y la obesidad están catalogadas como enfermedades crónicas y como tales, se ven siempre acompañadas de problemas serios del metabolismo, de enfermedades como las cardiovasculares como la presión alta y el aumento de grasas en la sangre y endocrinas, como la diabetes, diversos tipos de cáncer, enfermedades de los huesos y las articulaciones, entre otras.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), el 20% de los adultos en México presenta insuficiencia de vitamina D y en el grupo de adolescentes, el 8.1% tuvo deficiencia de ésta.
Podemos decir que, la vitamina D y la obesidad sí están relacionados, y en México, como parte de los primeros lugares en obesidad y diabetes, tenemos un alto número de pacientes que presentan insuficiencia o deficiencia de vitamina D.