Floridas primaveras

La vitamina D es una hormona que interviene en el equilibrio del calcio y la consecución y mantenimiento de una adecuada integridad en los huesos. Hay enfermedades relacionadas con la vitamina D, como el raquitismo, cuyas descripciones datan de siglo XVII. En la actualidad se siguen descubriendo nuevas implicaciones funcionales de la vitamina D en procesos de muy diversa naturaleza como el cáncer de colon, de mama y de próstata, por mencionar algunos; tiene que ver también con las enfermedades llamadas autoinmunes como la diabetes tipo 1, la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide y la enfermedad inflamatoria intestinal; se relaciona también con enfermedades respiratorias, infecciosas, psiquiátricas y de riesgo cardiovascular como la presión alta, los triglicéridos elevados y la diabetes tipo 2. Y todo esto ha despertado más el interés por esta molécula en los últimos años.

¿Qué importancia tendrían los cambios estacionales a lo largo del año en cuanto a la producción de vitamina D?

¿Por qué es importante si es primavera o invierno?

La vitamina D es una vitamina que se puede adquirir tanto con el aporte de los alimentos que la contienen, como a través de su producción en la piel, estimulada por la exposición a la luz solar. Esta vitamina D habrá de sufrir una serie de procesos para ser activa, primero en el hígado y finalmente en el riñón. La dieta aporta sólo un 10% de los requerimientos de vitamina D, mientras que la producción en la piel, estimulada por los rayos UV B, aporta el 90% de lo que se necesita diariamente. Los factores que deben tomarse en cuenta respecto a la exposición al sol son: el lugar del planeta donde vivimos (por la forma de caída de estos rayos), la cantidad de melanina de la piel (es la sustancia que le da color a la piel) y el tiempo de exposición para conseguir la dosis mínima para obtener una adecuada producción de vitamina D. Estos rayos UV B, tienen una mejor incidencia entre las 10:00 h y las 15:00 h del día. El tiempo necesario de exposición es de 4 a 10 minutos sobre al menos el 30% del cuerpo, suficiente para alcanzar la dosis mínima, que generaría 1,000 UI de vitamina D.

En todo lo anterior está la importancia de la época del año en la que estamos. En el caso de la vitamina D, es en primavera y en verano, aquí, en México, cuando más aporte de esta vitamina nos da la exposición al sol. Y es por esos factores que estamos aquí hablando de la primavera y la vital vitamina D.