La mayor parte de la gente aficionada a los deportes sabe que, a principios de febrero se juega el partido final de la Liga Nacional de Foot Ball, la NFL para muchos. En efecto, el fútbol americano, como se le conoce en México, cada día tiene más arraigo en la población, y es cada vez más una costumbre, el hecho de que los amigos y la familia se reúnan para ver juntos este juego.
Sin embargo, para variar, poco sabemos de la nutrición y la salud de quienes practican este deporte, y mucho menos vamos a saber cuál es el estado de su vitamina D circulante que bien puede ser la diferencia entre un buen desempeño en el partido y la presentación de una lesión seria.
Los datos disponibles actuales indican que, a pesar de la gran cantidad de estudios realizados en la población general, se sabe poco sobre el estado de la vitamina D en los atletas y no está claro si los atletas, en este caso las jugadoras y jugadores de fútbol americano, podría ser comparables con la población general. En este grupo específico se ha observado una influencia particular de muchos factores, como la pigmentación de la piel, el entrenamiento temprano o tardío, el entrenamiento en interiores, la ubicación geográfica y el uso extenso de protección solar.
La vitamina D es muy importante para mantener y mejorar el rendimiento físico ya que es fundamental para aprovechar más los beneficios del ejercicio. Mejora el metabolismo óseo y la función muscular y reduce el riesgo cardiovascular. Con todo ello; sin embargo, aún no está definido si es necesario complementar a los atletas con vitamina D y, si esta suplementación es deseable, cuál es la cantidad óptima de vitamina D que complemente su nutrición. De una cosa estamos completamente seguros, de los equipos contendientes de este Súper Tazón LIII, los Carneros de Los Ángeles y los Patriotas de Nueva Inglaterra, salió victorioso el que tuvo dentro de su dieta una suplementación adecuada de vitamina D.
Se sabe que la deficiencia de vitamina D causa debilidad muscular, falta de fuerza y toma más tiempo la contracción muscular máxima, así como para la relajación muscular. Hay evidencia de que el ejercicio de fortalecimiento muscular está asociado con niveles en sangre mejorados de vitamina D. La vitamina D aumenta el número y el diámetro de las fibras musculares rápidas. Por el contrario, la función reducida de estas fibras podría resultar en una mayor frecuencia de caídas, lo que lleva a una mayor incidencia de fracturas no vertebrales.
Hay que considerar que la hipervitaminosis, debido a una ingesta excesiva de alimentos suplementados, podría tener efectos adversos, especialmente sobre los riñones. Por estas razones, la medición periódica de la vitamina D es el único procedimiento capaz de determinar el estado de los atletas y las necesidades que tengan de vitamina D. Aunque se utilizan de manera rutinaria varios métodos para la medición de la vitamina D, a menudo dan resultados discordantes y poco reproducibles. Por lo tanto, es necesario estandarizar o, al menos, armonizar los distintos métodos para obtener resultados comparables.
La próxima vez que te reúnas con tu familia y amigos a ver el Súper Tazón, no comas alitas ni tomes refrescos, siempre será mejor algo de salmón, un buen queso y algunas verduras en la guarnición.