Mujeres y vitamina D

Durante los meses anteriores hemos hecho énfasis en la importancia de la vitamina D en la salud. Hemos hecho hincapié en la obtención de esta vitamina por métodos sencillos como 15 minutos de un baño de sol y de los alimentos que contienen este nutriente. Aún así, nos encontramos con algo sorprendente: la determinación de los niveles de vitamina D no está incluida en ningún examen de rutina que se practique en la medicina de atención primaria y sólo se indica en situaciones donde se sospeche la deficiencia de ésta o en un estado patológico que pueda relacionarse con la falta de esta vitamina.

Un tema por el que todas las mujeres pasarán es la edad adulta y la llegada de la menopausia y climaterio, y en esta época, su salud quedará quebrantada si no se toman las medidas para prevenirlo. El principal problema, o al menos el más palpable, es el de la pérdida de densidad ósea, es decir, con la menopausia, el organismo de las mujeres deja de producir estrógenos y con ello el hueso comienza a desmineralizarse, a perder volumen con el consiguiente riesgo de sufrir fracturas.

La vitamina D es un factor muy importante para ayudar a prevenir este tipo de enfermedades y sus consecuencias.

La deficiencia de vitamina D afecta la salud de la mujer de distintas maneras dependiendo de la edad o la etapa de la vida. En la infancia, si falta esta vitamina, puede provocar raquitismo y osteomalacia (enfermedad donde se afecta el sano crecimiento de los huesos). Un poco más adelante, en la adolescencia, donde es importante tener niveles adecuados de hierro y se necesita un correcto reparto de la grasa corporal, es importante estar atentos con el nivel de la vitamina D.

Durante la edad fértil la vitamina D también es realmente importante, si falta o no está en niveles adecuados, puede provocar alteraciones metabólicas que pueden desembocar hasta la presentación de la diabetes, y está muy asociado al desarrollo de una de las enfermedades más comunes en la mujer, el síndrome de ovario poliquístico. La calidad de los ovocitos (las células que se fecundarán en los embarazos) está relacionada con niveles óptimos de vitamina D y es fundamental en la receptividad que tenga la capa interior de la matriz para la implantación del óvulo fecundado.

Ya en el embarazo, el déficit de vitamina D hace a la mujer más expuesta a padecer diabetes gestacional, preeclampsia y anemia. Los bebés de madres con falta de vitamina D serán más propensos a nacer con bajo peso y talla corta.

Sin duda, es necesario que todos, en este caso, las mujeres, tengan un complemento que satisfaga las necesidades de vitamina D y prevenir, con esto, problemas en la salud.

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