¡Ojalá que llueva café del campo! Y en estos tiempos ojalá que lloviera vitamina D, así además de obtenerla del sol, también sería una fuente segura. Pero no, eso no ha de suceder, y de esta manera debemos obtener este noble nutriente de otras fuentes menos románticas.
Hace más o menos 20 años, los médicos no se cuestionaban que alguno de sus pacientes tuviera deficiencia o insuficiencia de vitamina D. Y no fue hasta que la ciencia fue avanzando y los métodos de laboratorio para medir la vitamina D en la sangre fueron haciéndose más baratos, que los médicos pudieron darse el lujo de pedir esos estudios.
Y, ¡oh sorpresa! En estudios realizados en México, la población general presentó una insuficiencia de vitamina D del 20 al 23%, en el renglón de los adultos, se observó 10% de deficiencia y 20% de insuficiencia. Por grupos de edad, las prevalencias ligeramente más elevadas de deficiencia se observaron en los adultos mayores de 60 años y en el grupo de 40 a 49 años. Por otro lado, la insuficiencia fue más frecuente en el grupo de 30 a 39 años y en los habitantes de la Ciudad de México, donde casi fue el doble que la nacional (37%).
La causa: ¡Claro! El estilo de vida de la mayoría de la población ya que ésta se encuentra recluida en interiores, oficinas, fábricas o talleres donde es nula la exposición al sol, y las horas en las que llegan a pisar el exterior lo hacen recubiertos de cremas y filtros de protección solar que impiden el paso de la radiación ultravioleta indispensable para que nuestra piel produzca ese nutriente.
Justo es ahora recordar que la vitamina D tiene varias y muy importantes funciones en el organismo, la más estudiada es la función que tiene en los huesos como la absorción de calcio y la formación de hueso nuevo manteniendo fuerte este elemento de nuestra anatomía.
Su papel en la prevención de enfermedades como el cáncer, las enfermedades autoinmunes, la diabetes mellitus y las enfermedades cardiovasculares, entre otras también está más que demostrada.
Por todo lo anterior, no esperemos a que llueva vitamina D del campo, mejor asumamos un papel responsable y cuidadoso en cuestión de nuestra salud y tomemos la vitamina D de donde sea posible, ya sea asoleándonos responsablemente, comiendo alimentos ricos en este nutriente o tomando suplementación que contenga este elemento indispensable.