Para ser una mejor mamá

La vitamina D, la “vitamina del sol”, es en realidad una hormona producida a partir de la acción de la luz ultravioleta sobre la piel. Las personas que reciben exposiciones modestas a la luz solar pueden producir su propia vitamina D; sin embargo, este no es el caso de muchas personas que pasan la mayor parte de sus días en interiores, especialmente las que viven hacia el norte del ecuador. Es muy común que esta población deba obtener esta vitamina por medio de la dieta o a través de una suplementación.

  • La vitamina D interviene en el balance del calcio y del fósforo, facilitando la mineralización del hueso, la función muscular y la producción de las células de la sangre
  • El adecuado nivel de vitamina D es imprescindible para mantener la salud materna, el crecimiento esquelético fetal y para asegurar un óptimo término del embarazo materno y fetal
  • Contrario a lo que se piensa, en países soleados puede haber deficiencia de vitamina D por las medidas de protección solar tomadas por los habitantes dela zona
  • Durante el embarazo se necesitan niveles adecuados de vitamina D para cubrir las necesidades de la madre y responder a las demandas de calcio fetales
  • La cantidad de vitamina D establecida como límite superior de consumo durante el embarazo es de 4,000 UI
  • La deficiencia grave, definida como menos de 10 ng/mL de vitamina D determinaría:
    • En la madre: un incremento del riesgo de complicaciones en el embarazo y el parto, mala absorción de calcio, pérdida de hueso, escasa ganancia de peso, enfermedades musculares y altos niveles de hormona paratiroidea
    • En el recién nacido: retraso en el crecimiento, poco calcio al nacer, convulsiones, falla cardíaca y riesgo de raquitismo si amamanta, entre otros
  • Es importante monitorear el nivel de vitamina D en el embarazo, ya que su deficiencia puede ser fácilmente tratada
  • Los lactantes menores de un año alimentados al pecho deben recibir un suplemento de 400 UI/día de vitamina D
  • Se han descrito algunos casos de raquitismo congénito en nacidos de madres con déficit muy intenso de vitamina D
  • La deficiencia de vitamina D es un factor de riesgo conocido para la osteoporosis, las caídas y las fracturas de cadera en la población de edad avanzada
  • Las estrategias preventivas o curativas de la osteoporosis deben conseguir niveles adecuados de calcio y vitamina D
  • La combinación de suplementos de calcio y vitamina D (600-1,200 mg/día de calcio y entre 400 a 800 UI de vitamina D) está indicada en la prevención de la osteoporosis y riesgo de fractura, sobre todo en mujeres mayores de 65 años con un riesgo elevado de fracturas
  • La administración de vitamina D por vía oral (800 a 4,000 UI/día) y una ingesta adecuada de calcio (1,000 a 2,000 mg/día) suele ser suficiente para el tratamiento de otro padecimiento en los huesos llamado osteomalacia carencial
  • Se ha demostrado ya la relación entre niveles bajos de vitamina D y niveles elevados de paratohormona, y esto funciona como factor de riesgo en ancianos de ambos sexos
  • El consumo mayor o las concentraciones más altas de vitamina D en sangre podrían estar relacionadas con una menor tasa de determinados cánceres

La vitamina D tiene un papel muy importante en la salud de la mujer, especialmente durante su etapa de vida fértil (por la posibilidad de un embarazo), en la pre y en la postmenopausia.

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