La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), la cual es causada por el síndrome respiratorio agudo severo por coronavirus 2 (SARS-CoV-2) que surgió en Wuhan, China en diciembre de 2019, se ha propagado rápidamente por todo el mundo debido a su alta transmisibilidad y patogenicidad.1
Los pacientes con COVID-19 a menudo presentan síntomas leves como: fiebre, tos, dolor muscular, fatiga y generalmente tienen buen pronóstico. Sin embargo, algunos casos pueden progresar rápidamente a un cuadro severo, especialmente los adultos mayores o los que presenten hipertensión, diabetes o enfermedades cardiacas; los cuales pueden presentar: dificultad para respirar, falla orgánica, lesión cardiaca, renal o hepática, daño neurológico, afectación gastrointestinal, falla en la coagulación e incluso la muerte. Teniendo entre tres y cuatro veces más complicaciones respiratorias, hospitalizaciones y mortalidad.1,2
Los virus de este tipo, pueden alterar el epitelio pulmonar a través de una mayor producción de citocinas Th1 como parte de la respuesta inmune a la misma infección. Alteran la integridad de las barreras intercelulares, aumentando la severidad de la infección.2
En los primeros reportes acerca de COVID-19 se observó que la mayoría de los pacientes presentaban hipovitaminosis D, alcanzando una prevalencia de casi un 85%.3
¿Cuál es el papel de la VD en COVID-19?
Uno de los muchos papeles que desempeña la vitamina D en el organismo consiste en activar al sistema inmune por diversos mecanismos:2,3
- Acción antiinfecciosa al mejorar las barreras físicas
- Reduce la incidencia y severidad de las infecciones respiratorias agudas
- Suprime la respuesta mediada por las Th1, reduciendo la producción de citocinas inflamatorias y promueve la expresión de las antiinflamatorias
- Inducir los péptidos antimicrobianos que pueden reducir la replicación viral
Deficiencia y suplementación de VD
Existen muchas causas para tener una deficiencia de vitamina D, se incluyen las que presentan una reducción en la síntesis y absorción de ésta, como tener piel oscura, el uso de protector solar, malabsorción intestinal, el consumo crónico de ciertos medicamentos, y presencia de obesidad, entre otros.4,5
La deficiencia de VD en presencia de COVID-19 favorecería la denominada “tormenta de citocinas”, complicando la infección viral al fomentar la inflamación y reducir la habilidad del organismo para combatir la infección. Puede incrementar la incidencia de muerte debido a enfermedad cardiaca.2,6
Diversos autores recomiendan mantener una concentración de 25(OH)D en sangre entre 40-60 ng/mL. Para alcanzar estos valores se debería consumir entre 2 000 y 5 000 unidades internacionales de colecalciferol al día.7 Conviene señalar que, en México existe una presentación de 4 000 unidades internacionales de VD, la cual representa una dosis fisiológica segura y eficaz para alcanzar la concentración óptima de este nutrimento en la sangre.8
Referencias:
- Zhang J, Xie B, Hashimoto K. Current status of potential therapeutic candidates for the COVID-19 crisis. Brain, Behaviour, and Immunity 87 (2020) 59-73.
- Mansur JL, Tajer C, Mariani J, Inserra F, Ferder L, Manucha W. El suplemento con altas dosis de VD podría representar una alternativa promisoria para prevenir o tratar la infección por COVID-19. Clin Investig Arterioscler 2020.
- Annweiter C, Car Z, Sabatier JM. Point of view: Should COVID-19 patients be supplemented with vitamin D? Maturitas 140 (2020) 24-26.
- Ferri F. Ferri´s Clinical Advisor. 1st ed, EUA: Elsevier, 2020. p. 1451-1452.
- Siuka D, Pfeifer M, Pinter B. Vitamin D Supplementation During the COVID-19 Pandemic. Mayo Clin Proc. August 2020; 95(8): 1797-1809.
- Holick M. Vitamin D Deficiency. N Engl J Med 357; 3, July 2007.
- Grant WB, Lahore H, McDonnell SL, y cols. Evidence that vitamin D supplementation could reduce risk of influenza and COVID-19 infections and deaths. Nutrients. 2020;12:988.
- Vieth R, Kimball S, Hu A, Walfish PG. Randomized comparison of the effects of the vitamin D3 adequate intake versus 100 mcg (4000 IU) per day on biochemical responses and the wellbeing of patients. Nutr J. 2004;3:8.