Estoy seguro de que hay momentos en los que, estás en el trabajo y, de pronto, te ataca un cansancio extremo que puede ser físico y mental al mismo tiempo. Presentas debilidad muscular y falta, mucha falta de energía. Y es lógico, viviendo en esta sociedad donde cada vez se nos exige más y viviendo en una ciudad tan grande y contaminada como la nuestra. La competencia por nuestros puestos de trabajo también se hace cada vez más ruda y nuestros jefes, más exigentes.
Por las anteriores razones, sentirse fatigado con frecuencia, no es raro y es, por el contrario, muy natural. Pero no podemos dejar de pensar en buscar otras causas de nuestra fatiga además de las que ya mencionamos.
Hay muchas causas que pueden hacernos sentir llenos de fatiga y sin ganas de hacer nada. La falta de sueño, es decir, lo poco descansado que es nuestro estado de sueño, dormimos mal y siempre pensando en los problemas de propios y extraños; en las mujeres y, por qué no decirlo, en algunos hombres, los desajustes hormonales también tienen la culpa de la fatiga crónica, además y no con menos importancia, algunas enfermedades como las relacionadas con la glándula tiroides pueden provocar debilidad muscular y fatiga.
La anemia es una enfermedad donde los glóbulos rojos de nuestra sangre están disminuidos en número, como esas células son las que se encargan de llevar el oxígeno a todo nuestro organismo, la falta de oxígeno también puede llevarnos a un estado de desgano y fatiga. Por eso, es necesario que nuestro médico nos examine a profundidad para saber, en este caso, el estado de hierro que hay en nuestro cuerpo.
Otro factor importante son las vitaminas. Su nivel en el organismo es básico para nuestra salud y su falta o déficit puede llevarnos, entre otras cosas al desgano y el cansancio. Es el caso de las vitaminas del complejo B cuyo déficit, está comprobado, puede ocasionar estrés, fatiga, cansancio crónico y otros problemas. El déficit de vitamina D, también está documentado, genera cansancio físico y puede ser un factor para la aparición de enfermedades tan graves como la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple.
A fin de cuentas, sí, nos hacen mucha falta las vacaciones y un buen y merecido descanso, pero más falta nos hace un chequeo médico completo que nos ubique en nuestro estado de salud general y poner en claro los problemas de salud que vamos arrastrando.
