El corazón Delator

Lo mismo que en el célebre cuento de Edgar Alan Poe, nuestra “víscera cardiaca” siempre nos avisa, de alguna manera, que algo no está funcionando bien. Efectivamente, en el cuento, el corazón del anciano asesinado no para de latir en un volumen que cualquiera podría escuchar, y si nuestros corazones pudieran, de esa manera nos pondrían en aviso de alguna enfermedad. Con este antecedente a mi no me queda más que seguir con las serias advertencias acerca de su salud, lean.

Los adultos con deficiencia de vitamina D tienen un riesgo 50% mayor de desarrollar infarto del miocardio. También los pacientes que tuvieron un infarto al corazón y presentan deficiencia de vitamina D tienen mayor probabilidad de morir por un evento cardiovascular. La exposición de los pacien­tes a los rayos solares o a camas de bronceado  estimula la producción de vitamina D en 180% y reduce la presión arterial sistólica y diastólica en 6 mmHg.

El mecanismo que explica la relación en­tre la falta de vitamina D y la enfermedad cardiovascular es muy complejo y tiene que ver con:

  • El aumento de la resistencia a la insulina que predispone al llamado síndrome metabólico y a la diabetes
  • Activación de un mecanismo del riñón relacionado con la regulación de la presión arterial
  • Se estimula la inflamación de los vasos sanguíneos

Hasta el día de hoy existen muchos estudios clínicos y de prevalencia que han medido la importancia de la suplementación con vitamina D sobre el riesgo cardiovascu­lar. La inmensa mayoría de estos estudios ha demostrado un efecto negativo de la falta de vitamina D sobre las funciones más importantes del corazón y de los vasos sanguíneos, y por esta razón, se ha planteado que la falta de esta vitamina es un factor de riesgo cardiovascular.

Esta mención puede tener implicaciones muy importantes para la salud pública por la alta prevalencia de deficiencia de vitamina D en muchos países del mundo, por lo que se puede contribuir al estilo de vida, y quizá lo más importante, la facilidad, seguridad y bajo costo del tratamiento de la falta de vitamina D. Sin duda deben realizarse más estudios para confirmar si la corrección de la deficiencia de vitamina D contribuye a la prevención de la enfermedad cardiovascular.

Y yo me pregunto entonces, ¿debemos esperar la protesta de un “corazón delator”? ¿por qué no hemos acudido al médico para hacernos un chequeo completo?

No esperemos más.